Indómita es una propuesta gráfica que nace como llamada a la ruptura. Un ejercicio de diseño que invita a las bodegas a salir del molde, apostar por narrativas propias y abandonar la estética previsible. El proyecto busca demostrar que el vino también puede hablar con otros códigos, más simbólicos, más provocadores, más contemporáneos.

Cada etiqueta encarna una idea de rebeldía. Indómita es la niña que no retrocede. Indómita es la gata que no pide permiso. Ambas imágenes evocan fuerza, autonomía y esa energía instintiva que mueve a quienes no se dejan domesticar.

El diseño se imprime sobre papel verjurado, un soporte tradicional reinterpretado desde un enfoque moderno y narrativo. El conjunto se completa con un packaging a medida, que mantiene la coherencia visual y potencia la presencia del producto como una declaración de intenciones.

Este proyecto reivindica que el diseño de vino puede —y debe— ser una herramienta de identidad. No solo para vestir botellas, sino para contar quién eres.